• Sí, aquí tenéis al hombre, podéis mirarle; pero no olvidéis que bajo su humana figura se esconde un dios… Aquí estoy yo, el primer espíritu del siglo, olvidado y despreciado por todos vosotros; soy un desconocido, a pesar de mi grandeza; incluso camino rápidamente hasta la cruz: hacia la demencia, que pronto me arrastrara a sus tinieblas. Mas a pesar de vuestro olvido y vuestro desprecio, “yo soy un destino”, soy el heraldo de una nueva época, “sobre mí pesa una responsabilidad indecible… Pues yo llevo sobre mis espaldas el destino de la humanidad”. (Lo entregó a la imprenta el 29 de diciembre de 1888, el 3 de enero de 1889 es recluido en un psiquiátrico, nunca se recupera. El texto es polémico pues se tiene certeza de que fue censurado por su hermana. Parte se pudo recuperar, mas se desconoce si fue todo)
• Yo vivo de mi propio crédito
• Yo soy un discípulo del filósofo Dioniso, preferiría ser un sátiro antes que un santo
• Derribar ídolos (tal es mi palabra para decir “ideales”)
• … La humanidad misma ha sido engañada y falseada por tal mentira hasta en sus instintos más básicos –hasta llegar a adorar los valores inversos de aquellos solos que habrían garantizado el florecimiento, el futuro, el elevado derecho al futuro
• La filosofía tal y como yo la he entendido y vivido hasta ahora, es vida voluntaria en el hielo y en las altas montañas, búsqueda de todo lo problemático y extraño en el existir, de todo lo proscrito hasta ahora por la moral
• El error (-el creer en el ideal-) no es ceguera, el error es cobardía…
• … Pues hasta ahora lo único que se ha prohibido siempre, por principio, ha sido la verdad
• No os habíais buscado aún a vosotros: entonces me encontrasteis. Así hacen todos los creyentes: por eso vale tan poco toda fe. Ahora os ordeno que me perdáis y que os encontréis a vosotros
• Y así me cuento mi vida a mí mismo
…
