viernes, 8 de enero de 2010

HOMERO y las DIOSAS

APOLO
• El cuarto día desde su nacimiento pidió un arco y una flecha y se fue al Parnaso donde mató a pitón, la serpiente de la Sibila. La madre tierra informó a Zeus. Éste instituyó los juegos píticos en honor de la diosa y exilió a Apolo.
• Cuando regreso del exilio, Apolo buscó a Pan el dios-arcadio, lo engatuso y Pan le revelo el don de la profecía. Inmediatamente se dirigió al Oráculo de Delfos y lo puso bajo su dominio. A la Sibila o Pítia también.
• Apolo se dispuso a acabar con el ámbito de influencia de la diosa y sus seguidores. Tomando uno a uno sus templos y tesoros

En los ataques y derrocamientos de los templos y sus sacerdotisas podemos ver claramente la marca de la mitología homérica que sustituye a las diosas neolíticas que habían reinado e iluminado con sus conocimientos millones de lunas. Era el legado de la diosa de la fertilidad prehistórica. La revolución que cuenta Homero, dará comienzo a la edad de los héroes, donde las mujeres que aparecen son desprestigiadas aunque temidas: Olimpia, madre de Alejandro; Medea, adalid de Jasón, Helena de Troya, gran sacerdotisa, Ariadna conocedora del laberinto, liberadora de Teseo y esposa de Dionisio… Es la edad del bronce, la era de las guerras. El mundo se va a organizar en torno al varón. El derecho paterno y la propiedad exigen la legislación patrimonial y la posesión de la mujer para garantizar la herencia legitima. El pasado gobernado con sacerdotisas y diosas debe ser aniquilado, la mujer debe estar sometida. Un sofisticado aparato se pone en marcha, no sólo hay que destruir lo visible, hay que aniquilar su espíritu. Es necesario mostrar a la hembra como el mal mismo, daremos pábulo al miedo, lo llenaremos de horror y mentiras. Con el tiempo nadie recordará que antaño fueron diosas