Que los bosques nos plazcan por encima de todo
A cada cual lo arrastra su placer
¡Sé bueno y propicio a los tuyos!
El número impar agrada al dios
No cantamos para los sordos
El amor cruel nunca se harta de lágrimas ni de riego la hierba ni de flores la abeja ni de fronda la cabra
No pretendo abarcarlo todo con mis versos, aunque tuviera cien lenguas y cien bocas y una voz de hierro
Alaba las fincas grandes, pero cultiva una pequeña
Peores males habéis soportado, también a éste pondrá fin un dios
Bajo el silencio amigo de la callada luna
Pueden porque creen que pueden
El sueño hermano de la muerte
Nadie tiene un hogar seguro
Cae la noche y abraza la tierra con sus oscuras alas
Cada cual es su propia esperanza
Déjame revelarte, sin engaños, cosas que no son fáciles de decir y clávalas en tu corazón
Goza de tu suerte