domingo, 31 de enero de 2010

Maestro NEPOMUCENO EBENDORFER


El tiempo sigue jugando con el sentido, dando significados ácronos de éxtasis. La luz se desliza en un abanico infinito, tapizándose de agua, de viento y arena. Los sonidos apagados, por debajo del umbral habitual. Los canales perceptivos disfrutando abandonados por la tiranía del deber. Es extraño el tiempo así. Te pierde, confunde, enajena. No sabes cómo trascurre, a donde te lleva. El sol y el mar reciben a la luna. Las montañas suaves como debería ser el amor. El té dulce como quisiéramos la vida. Minaretes cantantes y bullicio indolente. La levedad del presente, el viento azotando buganvillas y esparciendo perfume a hierbabuena