jueves, 28 de enero de 2010

LOS ZANGANOS

“Hambrones, gordos, perezosos y torpes”, según las calificaciones de Wilhelm Busch, no se ocupan de buscar alimento, misión para la que no se encuentran convenientemente dotados por la naturaleza: la mayor parte son tan comodones que no se molestan en tomar su alimento de los depósitos comunes y se dejan alimentar por las obreras… Los zánganos incapaces de asegurar su propio alimento, al ser arrojados por las obreras quedan entregados a los tormentos del hambre… Así encuentran un fin vergonzoso -abandonados y hambrientos- cualquier día de primavera, a las puertas de las repletas colmenas.