miércoles, 27 de enero de 2010

La Risa


En la antigüedad el llanto se consideraba más noble que la risa y a los actores cómicos se les tildaba de poco respetables.

Edad Media: “La risa es un viento diabólico que deforma la cara y hace que los hombres parezcan monos”.

En la modernidad, la risa es una frivolidad que se debe esconder tras un fastuoso abanico. Los hombres podían hacerlo en raras ocasiones y siempre a carcajadas, un caballero no debe sonreír.

Son los felices años veinte los que la convierten en protagonista y seña de identidad. El desprestigio de la risa ha llegado a su fin. Paulatinamente la risa se va haciendo cotidiana, domestica. En los años sesenta se emula la euforia de los locos veinte. Todos quieren reír. Pero todavía no es costumbre que las personalidades publicas lo hagan en uso de sus funciones. La posmodernidad hace chicas las anteriores euforias. De pronto, la frivolidad y las risas se hacen protagonistas de eventos como el del querido profesor Tierno Galván y las tetas de no recuerdo quien. Hoy nadie duda del maravilloso poder de la risa y de lo ecológica, barata y humana que es.