lunes, 25 de enero de 2010

La Grecia clásica y los enteógenos



Según Robert Graves, el vino no era la sustancia sagrada que ayudaba al “viaje” sino más bien servía para tragar la amanita muscaria. El néctar o ambrosía de los misterios son hongos alucinógenos de todo tipo, los más usados son la amanita y el panaeolus papilionaceus, de efectos más livianos. Así las ménades arrancaban la cabeza al hongo ya que el tallo nunca se come; y no a los hombres como se les atribuye. Robert se suma a la prestigiosa lista de los pensadores que se asombran de las similitudes de los misterios griegos y los rituales centroamericanos.