jueves, 28 de enero de 2010

Maestro WILLIAM KINGDON CLIFFORD

LA VERDAD DE LA CIENCIA
“... Yo supongo que sé que los 3 ángulos de un triángulo rectángulo suman dos rectos. Ahora supongan que tomamos los tres puntos en el espacio, a una distancia mutua igual a la del sol a centauro, y que las distancias más cortas entre estos tres puntos forman un triángulo y se suman; en la actualidad esto puede hacerse tan exactamente que el error será ciertamente menor que un minuto, por tanto menor que la 1/5.000 parte de un ángulo recto. Entonces, yo no sé que la diferencia sea menor que 10º ó 1/9 parte de un ángulo recto.
Este ejemplo es de suma importancia para demostrar la relación entre exactitud y universalidad. Se encuentra que la desviación, si existe, debe ser casi proporcional al área del triángulo. De manera que el error, en el caso de un triángulo cuyos lados estuvieran a la distancia de una milla, se obtendría dividiendo el del caso que acabo de considerar por 400 cuatrillones; el resultado sería una cantidad inconcebiblemente pequeña, que no podría detectarse experimentalmente.
Pero entre este error inconcebiblemente pequeño y la ausencia de error hay una separación enorme: la distancia entre la exactitud práctica y la teórica y, lo que es más importante, la separación entre lo que es prácticamente universal y lo que es teóricamente universal. Digo que una ley es prácticamente universal cuando es más exacta que la experiencia, para todos los casos en que puede realizarse y para todos los experimentos. Aceptamos esta clase de universalidad y encontramos que nos compensa aceptarla. Pero una ley sería teóricamente universal si fuera absolutamente verdadera en todos los casos; y esto es lo que no sabemos de ninguna ley”